VIRGEN...
DE TODO REMEDIADORA
Tú, que sientes la esperanza
angustiosa de los hombres
tu, que eres la estrella
que ilumina sus caminos.
Tú, que penetras en lo más
profundo de su ser,
allana el paso escabroso al peregrino.
Tú, que estás a mi lado
en las noches lúgubres,
cuando el ruido de las hojas
y la nieve me cohiben,
bien sabes madre amorosa,
como mi corazón en su sístole,
cual ave primorosa,
hacia tu divino regazo se dirige.
Tú, que eres transparencia
gloriosa de pureza llena,
atiende a estas almas
que a ti acuden doloridas,
para que terminen los lamentos
terribles de su herida,
y las lágrimas de sus ojos
los cielos no entristezcan.
Lucero que fulgura
radiante en lontananza,
despertar de unas almas adormecidas;
remedio, consuelo y paz que inmerecidas,
esperan de tu gracia rebosante y plena.
Ya mi infundido temor hacia ti,
se ha disipado,
percibo que mi fe en tus ojos se refleja,
porque eres hermosura y luz misericordiosa,
Virgen de Los Remedios,
Madre de Dios vivo.
J.S.B.B
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