RECOMENDACIONES A NUESTROS COSTALEROS.



Postura debajo del paso: Se considerará que estás bien colocado debajo del paso cuando tu mirada sea al frente y tu cuerpo completamente recto debajo de la trabajadera.  En el transcurso del trabajo debajo del paso, por el cansancio y la fatiga, nos encorvamos, nos doblamos y nos movemos, buscando lo que nunca se encuentra que es descargar el peso. 
Esto es un acto reflejo que debemos de evitar, pues son peores sus consecuencias.

Hacer la ropa: La ropa hay que hacérsela una sola vez, al hacerla más veces, si no lo hace toda la cuadrilla, estaríamos cambiando la igualá, al readaptar la ropa de nuevo.

Tirar de la ropa: Es tan importante o más como hacerla bien. Si hacemos bien la ropa y no nos la ponen bien habremos perdido gran parte de nuestro tiempo. Así que es conveniente perder unos minutos en tirar bien de la ropa al compañero. Sin grandes estridencias ni gesticulaciones banales. La ropa bien hecha se pone con muy poco esfuerzo.

Colocación de la faja: Las personas delgadas no necesitan utilizar todo el ancho de la faja. Basta con doblarla por la mitad. Con ello dejaremos libres las últimas costillas lo que facilitará la respiración normal

Levantá y arriá: A la hora de levantar y bajar el paso el mayor riesgo que corremos es cuando tenemos la espalda inclinada hacia delante a la hora de ejecutar estos movimientos. No olvides tener el tronco perpendicular a la trabajadora y la mirada al frente en el momento que el capataz de la llamada.

En cuanto al costal...

1.- El tejido debe de ser resistente, pero al mismo tiempo tener una flexibilidad adecuada que
nos permita su realización sin dificultad, y deje las menos arrugas posibles.
2.- La arpillera de saco y de tejido grueso no admiten discusión, pues arman bien el costal y
evitan el deslizamiento sobre el palo. Las arpilleras tratadas o tintadas, así como el panamá; es
decir las que no son de saco, son tejidos de extrema suavidad que arman poco el costal y
tienden a resbalar y deslizar por el palo.
Es conveniente tener en cuenta que la ropa nueva necesita un tratamiento. En primer lugar
antes de la confección deben de ser lavados los distintos tejidos para evitar encogimientos
dispares. Y después de la confección deben de nuevo ser lavados para suavizar un poco y
permitan su realización con el menor número de arrugas posibles.
3.- La morcilla no tiene por que ser de una tela concreta, pues su función es la de amortiguar el
trabajo y por lo tanto es el verdadero instrumento de protección. Su relleno es lo importante
pero también muy diverso, debiendo formar un cuerpo ni muy rígido ni muy blando.
4.- Las medidas del costal pueden oscilar entre los 110-115x 80-90. Esto nos permitirá un
costal con holgura que se pueda adaptar bien a cada caso concreto y facilitar un trabajo en el
sitio adecuado.
5.- La morcilla debe medir entre 28x2.5 – 3 de ancho en vacío

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